APARATO LOCOMOTOR


El movimiento, como la carrera o la marcha, la mímica, como la sonrisa o la tristeza, la posición, como la bipedestación, y la actitud como la crispación, es lo que realiza el aparato locomotor. El cuerpo humano tiene una forma definida, que se mantiene a lo largo del tiempo gracias al conjunto de huesos que forman el esqueleto. Los animales que carecen de esqueleto deben utilizar otros mecanismos para mantener su forma o su postura. El esqueleto interviene en el desplazamiento y es primordial en la protección de las estructuras blandas del cuerpo, como el encéfalo o la médula espinal.
Los huesos: son los órganos que forman el sistema esquelético. Su apariencia es compacta debido al depósito de sales de calcio que endurece la parte externa.

Los huesos se asocian para formar el esqueleto, que se divide en las siguientes partes:
  • Cráneo. Protege el encéfalo y los órganos de los sentidos.
  • Columna vertebral. Protege la médula espinal.
  • Tórax. Protege el corazón y los pulmones.
  • Extremidades superiores. Realiza movimientos de prensión y equilibrio en el desplazamiento.
  • Extremidades inferiores. Realiza movimientos de bipedestación y desplazamiento.
Articulaciones: es una estructura que pone en contacto dos o más huesos mediante un tejido, más o menos blando, que permite al esqueleto rígido adoptar distintas posturas.

El tejido muscular: el sistema muscular es otro de los componentes del aparato locomotor. Es el responsable del movimiento y el mantenimiento de la postura del cuerpo.
Este sistema está formado por unos órganos llamados músculos, que son capaces de contraerse y relajarse.
Para dar lugar al movimiento, los músculos se unen al sistema esquelético mediante fibras llamadas tendones.
La contracción o relajación de un músculo arrastrará a la estructura dura a la que está unido, el hueso, lo que provocará el movimiento de una parte de nuestro cuerpo.
Los Ligamentos son tejidos similares a los tendones pero que unen huesos entre sí, generalmente para darles firmeza y estabilidad.





PREVENCIÓN DE LESIONES

Podemos adoptar una serie hábitos saludables para la prevención de lesiones en el aparato locomotor. A continuación vemos algunas de ellas:

Ejercicio físico: las lesiones pueden subsanarse, en parte, si se ejercita el aparato locomotor. Los músculos que lo conforman se atrofian por falta de trabajo, pero si los hacemos trabajar se desarrollan más.
Lesiones musculares, como las contracturas o el tirón, y las lesiones en los ligamentos pueden evitarse si el músculo ha trabajado de forma progresiva gracias a un buen calentamiento.
Cuando hacemos ejercicio de forma regular, es decir, entrenando, no sólo nos estamos divirtiendo, también conseguimos:
  • Aumentar el desarrollo de todos los músculos, en general, por lo que están más adaptados a esfuerzos prolongados y, con ello, se previenen muchas lesiones.
  • Aumentar la actividad cardiaca, con lo que el miocardio, músculo del corazón, aumenta de tamaño y resiste mejor los esfuerzos intensos.
  • Mejorar el riego sanguíneo, por lo que previene accidentes cardiovasculares.
  • Aumentar el desarrollo de los músculos del tórax, por lo que también aumenta la capacidad vital de los pulmones.
  • Aumentar la coordinación, la agilidad, la potencia, la velocidad, la flexibilidad.
  • Prevenir el exceso de peso.
  • Regular la motilidad del intestino, evitando el estreñimiento.
  • Mejorar el descanso.
La postura correcta: la postura que adquiere nuestro cuerpo se realiza gracias a la acción conjunta de todos los órganos del aparato locomotor; sin embargo, el peso de esa acción recae sobre los componentes de la espalda, la columna vertebral y los músculos dorsales.

El cuerpo nos avisa que si mantenemos una posición incorrecta durante mucho tiempo se puede generar una lesión o una malformación. Una de las funciones del aparato locomotor es mantener la postura del cuerpo. Las malas posturas corporales pueden dar lugar a la deformación de la columna vertebral.
Para que esto no ocurra sigue estos simples consejos:
  1. Al agacharte, dobla las rodillas, baja con la espalda recta. No te agaches doblando la espalda por la zona lumbar.
  2. Si usas una mochila, póntela en la espalda y usa las dos asas.
  3. Cuando estés sentado, pon los pies en el suelo, no cruces las piernas, ten la espalda contra el respaldo del asiento y la cabeza mirando al frente. Levántate de vez en cuando para moverte.
  4. No duermas boca abajo y utiliza una almohada para que la cabeza y la columna vertebral estén en línea.
  5. Si duermes boca arriba flexiona ligeramente las rodillas, puedes introducir un rodillo de toalla.
  6. Si duermes de lado pon la pierna inferior estirada y la superior doblada que descanse sobre la cama, no sobre la pierna inferior.
  7. Utilizar un calzado adecuado evitará dolores, ya que el pie mantiene el equilibrio de nuestro cuerpo.

ALGUNAS ENFERMEDADES

Como hay muchísimas enfermedades del aparato locomotor vamos a comentar las enfermedades o lesiones por posturas incorrectas.
Si mantienes posturas incorrectas puedes tener dolor muscular, cansancio, pinchazos e incluso graves problemas de espalda. Los problemas más comunes en la espalda son:
  • Escoliosis es la desviación de la columna, que se produce por una curvatura lateral.
  • Cifosis es una curvatura exagerada de la parte dorsal de la columna vertebral. Da lugar a la aparición de una “joroba”.
  • Hiperlordosis es una curvatura exagerada de la parte lumbar de la columna vertebral.


APARATO EXCRETOR


La excreción es un proceso mediante el cual se retiran del organismo los productos de desecho resultantes de la actividad celular. Las reacciones químicas del metabolismo producen sustancias que pueden llegar a ser tóxicas si se acumulan. La sangre recoge estas sustancias y las transporta a los órganos encargados de eliminarlas, que son los órganos excretores:

  • El riñón realiza funciones de limpieza, equilibrio químico de la sangre y producción de hormonas. Es capaz de recuperar casi toda el agua y la mayoría de las sustancias útiles, por lo que tiene una estructura bastante compleja. Es el órgano principal del sistema urinario.
  • Las glándulas sudoríparas eliminan sustancias de desecho en forma de sudor.
  • En los pulmones se produce la excreción de CO2 (cuando sale de la sangre hacia los alvéolos) y la posterior eliminación (cuando sale con el aire espirado).
  • El hígado, que expulsa productos tóxicos formados en las reacciones del metabolismo. Produce urea (por degradación de aminoácidos) y ácido úrico que se excretan por el riñón. También producen sales biliares (por degradación de la hemoglobina) que se almacenan en la vesícula biliar y a través de ella pasan al aparato digestivo.




ALGUNAS ENFERMEDADES

Entre otras, destacamos las enfermedades renales más comunes:

Cálculos renales: también llamadas "piedras", se forman por la precipitación de algunas sales. Cuando se desprenden del riñón y pasan a los conductos urinarios producen los "cólicos nefríticos", que son muy dolorosos.
Los cálculos renales se componen de sustancias normales de la orina, pero que por diferentes razones se han concentrado y solidificado. Si se bebe mucha agua se produce una orina más diluida y se dificulta la formación de cálculos.
Es una afección frecuente pues implica a más del 10% de la población hacia la mitad de la vida y es más frecuente en los hombres. Sobre todo en personas que se mueven poco o con exposición al calor (lo que les hace sudar abundantemente).
Cistitis: es una infección de la vejiga urinaria o de la uretra. Normalmente las bacterias que logran entrar a la vejiga son eliminadas durante la micción, pero si por algún motivo no fueran eliminadas, crecerían y se multiplicarían con mucha facilidad, originando la infección. Esta enfermedad la padecen más las mujeres, por tener la uretra más corta y más próxima al ano. En los hombres, afecta especialmente a los mayores cuando presentan algún tipo de agrandamiento de la próstata, porque eso hace que se obstruya el flujo de orina y al no lograrse un vaciado total de la vejiga, ésta se infecta con más facilidad.
Insuficiencia renal: se presenta cuando los riñones son incapaces de realizar su función. Puede ser aguda o crónica y obedecer a diversas causas. Cuando la acumulación de sustancias tóxicas en la sangre hace peligrar la vida del enfermo, debe recurrirse a la diálisis, método que, de modo artificial, limpia suficientemente la sangre. El trasplante de riñón soluciona completamente el problema.

APARATO CIRCULATORIO


El aparato circulatorio está constituido por un líquido (la sangre), que circula por un sistema de tuberías (los vasos sanguíneos: arterias, venas y capilares), impulsado por una bomba (el corazón). Es necesario un sistema de transporte para llevar hasta las células lo que éstas necesitan: los productos de la digestión y el oxígeno. El aparato circulatorio es el encargado de ese transporte. Lleva los alimentos y retira los productos de desecho, permitiendo así que las células funcionen en óptimas condiciones.

La sangre es el fluido que circula por todo el organismo a través del sistema circulatorio. Es un tejido líquido, compuesto por agua y sustancias orgánicas e inorgánicas (sales minerales) disueltas, que forman el plasma sanguíneo y tres tipos de elementos formes o células sanguíneas:

  • Los glóbulos rojos.
  • Los glóbulos blancos.
  • Plaquetas.
Una gota de sangre contiene aproximadamente unos 5 millones de glóbulos rojos, de 5.000 a 10.000 glóbulos blancos y alrededor de 250.000 plaquetas.

LOS GLÓBULOS ROJOS

También denominados eritrocitos o hematíes, se encargan de la distribución del oxígeno molecular (O2). Son tan pequeños que en cada milímetro cúbico hay cuatro a cinco millones, midiendo unas siete micras de diámetro. No tienen núcleo, por lo que se consideran células muertas. Los hematíes tienen un pigmento rojizo llamado hemoglobina que les sirve para transportar el oxígeno desde los pulmones a las células. Una insuficiente fabricación de hemoglobina o de glóbulos rojos por parte del organismo, da lugar a una anemia, de etiología variable, pues puede deberse a un déficit nutricional, a un defecto genético o a otras causas.

LOS GLÓBULOS BLANCOS

También denominados leucocitos tienen una destacada función en el Sistema Inmunológico al efectuar trabajos de limpieza (fagocitos) y defensa (linfocitos). Son mayores que los hematíes, pero menos numerosos (unos siete mil por milímetro cúbico), son células vivas que se trasladan, se salen de los capilares y se dedican a destruir los microbios y las células muertas que encuentran por el organismo. También producen anticuerpos que neutralizan los microbios que producen las enfermedades infecciosas.

PLAQUETAS

Son fragmentos de células muy pequeños, sirven para taponar las heridas y evitar hemorragias.



LA CIRCULACIÓN SANGUÍNEA

El proceso circulatorio es un circuito cerrado que se inicia y finaliza en el corazón. El corazón está formado por cuatro cavidades: dos aurículas (parte superior) y dos ventrículos (parte inferior). Por las aurículas entra la sangre al corazón y por los ventrículos sale de este. Por las venas entra la sangre al corazón y por las arterias sale la sangre del corazón. Por tanto las venas acaban en las aurículas y las arterias parten desde los ventrículos.

Todo el proceso circulatorio se divide en dos partes que se denominan: Circulación mayor o general: circulación de la sangre oxigenada por todo el cuerpo y el retorno de la sangre venosa de todo el organismo hacia el corazón. Circulación menor o pulmonar: circulación que envía la sangre venosa a los pulmones y que recogiendo el oxígeno de éstos, introduce en el corazón la sangre oxigenada.

ALGUNAS ENFERMEDADES

Enfermedades de la sangre: la mayoría de estas enfermedades tienen el origen en un mal funcionamiento de la médula ósea roja responsable de la formación de las células sanguíneas.
Anemia: sus principales síntomas son la fatiga y la pérdida de energía como consecuencia del deficiente aporte de oxígeno a las células. La sangre contiene una baja cantidad de hemoglobina. La anemia más común es la que se produce por falta de hierro que es un componente esencial de la hemoglobina.
Hemofilia: se caracteriza por problemas en la coagulación de la sangre. En el proceso de coagulación se necesitan una serie de sustancias llamadas factores de coagulación. Los hemofílicos carecen de alguno de estos factores y pueden sufrir hemorragias espontáneas. Es una enfermedad genética.
Leucemia: es una forma de cáncer que afecta a las células de la médula ósea que es el órgano encargado de fabricar la sangre. Se produce un aumento del número de glóbulos blancos en la sangre, disminuyendo el número de glóbulos rojos y plaquetas. A pesar del aumento de los glóbulos blancos, éstos son incapaces de luchar contra las infecciones.

Enfermedades cardiovasculares: afectan al corazón y a los vasos sanguíneos.
Arritmias: el corazón sigue un ritmo constante de contracciones y dilataciones bajo el control de unos nódulos situados en la pared del corazón. Estos nódulos pueden alterar su ritmo fijo, provocando contracciones y dilataciones no acompasadas que hacen que la sangre llegue con menos eficacia a los órganos vitales, causando una serie de molestias. Se corrige con el uso de marcapasos. La taquicardia es una aceleración del ritmo cardiaco que se mantiene durante algún tiempo. La bradicardia consiste en la deceleración del ritmo cardiaco.
Arteriosclerosis y Aterosclerosis: aunque a menudo se confunden, ambas enfermedades no son exactamente lo mismo. La arteriosclerosis es un endurecimiento de las arterias lo cual dificulta el flujo sanguíneo. La aterosclerosis se produce al depositarse en el interior de las arterias placas formadas por la acumulación de grasas y colesterol. La placa hace que el diámetro de la arteria sea cada vez más estrecha y las paredes más rugosas, que pueden desencadenar la formación de un coágulo que llegue a obstruir una arteria. El ateroma es una placa que se forma en la pared arterial.
Cardiopatías: agrupa distintas alteraciones del corazón, válvulas o paredes.
Infarto de miocardio: se produce cuando un coágulo tapona alguna de las arterias coronarias que rodean al corazón y que son las que le suministra oxígeno y nutrientes, produce la muerte de las células musculares a las que nutría por lo que una parte del corazón deja de funcionar. Suele manifestarse por un fuerte dolor en el pecho que se extiende hacia el costado y lado izquierdo.
Angina de pecho: se produce también por una falta de oxígeno transitoria pero sin necrosis (muerte de células del miocardio).
Hipertensión: la tensión arterial es una medida de la presión de la sangre en el interior de las arterias. Como es distinta en sístole (mayor) que en diástole (menor) se dan dos valores, conocidos como máxima y mínima. Debido a diversas causas, esta presión puede alcanzar valores muy elevados, situación denominada hipertensión. Existe riesgo de ruptura de los vasos (derrame), o de fallo del riñón.
Insuficiencia coronaria: las arterias coronarias son las que aportan los nutrientes que necesitan las células del corazón. Si este aporte es menor del necesario se habla de insuficiencia coronaria.

APARATO RESPIRATORIO


La respiración es el proceso que tiene como finalidad conseguir el oxígeno atmosférico que necesitamos para vivir y expulsar el dióxido de carbono procedente del metabolismo celular, realizando, por tanto, el intercambio de gases entre el exterior y la sangre.

Las vías respiratorias se dividen en:

Fosas nasales:

Faringe: conecta las fosas nasales con la laringe y el esófago

Laringe: conecta la faringe con la tráquea, contiene las cuerdas vocales, la glotis y la epiglotis. Este último es un cartílago que impide el paso del bolo alimenticio a la tráquea.

Tráquea: comunica la laringe con los bronquios.

Los pulmones:

Bronquios

Bronquiolos

Alveolos: tienen forma de pequeños sacos y en ellos se produce el intercambio de gases:

Músculos:

Intercostales: ayudan a la respiración.

Diafragma: aumenta y reduce el espacio torácico para facilitar la entrada y salida del aire.





PRINCIPALES ENFERMEDADES


Amigdalitis: es la inflamación de las amígdalas pudiendo en casos graves tener pus que forman placas. Se llaman también anginas. Se tratan con antibióticos. En casos crónicos se recurre a su extirpación.
Asma: es la dificultad respiratoria debida a que los bronquios reducen su diámetro y no dejan pasar el aire. Puede producirse por herencia, por infecciones, por alergias al polvo, pelo o plumas de animales, mohos, polen, etc. Se trata con sustancias broncodilatadoras y evitando la causa de la alergia.
Bronquitis: es la inflamación de la mucosa de los bronquios originada por una infección bacteriana, viral o por agentes irritantes (polución, tabaco). En caso grave va acompañada de tos con esputos, fiebre y malestar general.
Cáncer de pulmón: es un tumor que se desarrolla en los bronquios y que invade los tejidos pulmonares. Provoca la pérdida de la funcionalidad del pulmón y puede causar la muerte. El humo del tabaco contiene numerosas sustancias promotoras de cáncer.
Catarro o resfriado común: es la inflamación por virus de las membranas de la nariz con presencia de una secreción mucosa espesa, con congestión nasal, dolor de garganta y tos. Normalmente no se presenta fiebre y remite en una semana.
Edema pulmonar: se produce por la deficiente circulación de la sangre, por lo que ésta se acumula en los pulmones y se encharcan, dejando de producirse el intercambio de gases.
Embolia pulmonar: se produce cuando un trombo o coágulo sanguíneo bloquea el paso de sangre en los capilares de los pulmones impidiendo su funcionamiento.
Enfisema: es la dilatación de los alveolos pudiendo llegar a la rotura de sus paredes provocando un intercambio de gases defectuoso. Su principal causa es el tabaco.
Faringitis: es la inflamación dolorosa de la faringe, producida por su irritación como consecuencia de una infección, normalmente va asociada a la amigdalitis.
Gripe: es una enfermedad causada por virus, más intensa que el resfriado, ya que además del cansancio, estornudos, mucosidad e irritación de garganta, suele ir acompañada de dolores musculares, escalofríos y fiebre. No hay tratamiento curativo, salvo analgésicos para aliviar los síntomas y remite por si sola al cabo de varios días.
Neumonía: es la inflamación de los alvéolos producida por una infección provocada por bacterias o virus. Se trata con el antibiótico penicilina. Si afecta también a los bronquios se denomina bronconeumonía.
Laringitis: es la inflamación de la laringe y constituye un síntoma común del resfriado, yendo normalmente acompañado de una disminución o pérdida de la voz.




APARATO DIGESTIVO


El aparato digestivo está formado por:

Cavidad bucal. Está formada por la boca y los dientes, y a ella vierten las glándulas salivares.

Faringe. Es una cavidad común del aparato digestivo y respiratorio.

Esófago. Es un conducto por el que el alimento avanza desde la faringe al estómago.

Estómago. Es una porción ensanchada con importantes glándulas digestivas.

Páncreas. Segrega encimas que pasan al intestino delgado y que ayudan en la digestión de grasas y proteínas. Produce insulina que regula el nivel de azúcar en el cuerpo. 

Hígado. Tiene múltiples funciones entre ellas: eliminar bacterias, filtra la sangre de sustancias tóxicas, extrae el hierro de la hemoglobina, produce bilis necesaria para la descomposición de las grasas y para ayudar en la digestión.

Vesícula biliar. Almacena la bilis hasta ser requerida por el proceso de la digestión, se deposita en el duodeno.

Intestino delgado. Tubo largo y plegado que comunica el estómago con el grueso. Consta de tres partes: duodeno, yeyuno e íleon.

Intestino grueso. Conducto más grueso que el intestino delgado, formado por el ciego, el colon y el recto. En el ciego se produce la unión entre los intestinos delgado y grueso. Del ciego parte el apéndice que es un órgano en forma de tubo sin salida.

Ano. Orificio final del aparato digestivo.


Algunas enfermedades relacionadas con el aparato digestivo

Úlcera gástrica: se produce por la inflamación por destrucción de la mucosa del estómago, pudiendo llegar a tener hemorragias y perforación de la pared del estómago. Factores como la toma de ciertos medicamentos, el tabaco, el alcohol y el estrés favorecen la formación de ulceras. El tratamiento se produce con antiácidos y antibióticos, abandonado el tabaco y el alcohol y llevando una vida más tranquila. En caso grave es necesaria la cirugía.

Apendicitis: inflamación aguda producida por una infección del apéndice, pequeña prolongación junto al ciego del intestino grueso. Se produce un intenso dolor en la parte inferior derecha del abdomen. Si no se trata puede llegar a la perforación, saliendo entonces el contenido intestinal a la cavidad abdominal dando lugar a una peritonitis. Su tratamiento normal es su extirpación quirúrgica.

Gastroenteritis: es una infección del estómago y del intestino causada por virus, o bacterias como la Salmonella. Produce dolor abdominal, náuseas, vómitos y diarreas. El tratamiento se basa en la reposición del agua y de las sales, con dieta blanda, y si es por bacterias con antibióticos. Se llama también colitis.

Estreñimiento: es el retardo en la evacuación intestinal. Se debe a una dieta incorrecta, baja en líquidos y en fibra y con la falta de ejercicio. Es el trastorno digestivo más común, especialmente en las mujeres. Los laxantes sólo se deben usar en casos graves, y no de forma habitual.